La comunicación con el paciente es algo esencial en clínicas y hospitales. De hecho, puede ser el punto diferenciador entre que alguien lleve a cabo un tratamiento al pie de la letra y que lo ignore por completo.

Es cierto que cada vez hay más personas que acuden a consulta, se dispone de menos tiempo para ellas y se dispone de más ayudas tecnológicas que pretenden hacerte el trabajo más sencillo, pero todo eso hace que la comunicación con el paciente se vea mermada. Y esa comunicación es la base para un diagnóstico correcto y un tratamiento adecuado.

La importancia de la escucha activa

La mayor parte de los problemas que pueden aparecer en una consulta, los errores iniciales de diagnóstico o los malentendidos suelen ser consecuencia de una mala comunicación. Hay quien no describe algunos síntomas por vergüenza, quien no pregunta las dudas que le hayan quedado acerca del tratamiento por no querer parecer tonto e, incluso, quien ni siquiera ha entendido cuál es su diagnóstico y no quiere preguntártelo otra vez.

Todas estas situaciones se pueden evitar con una escucha activa por parte de los profesionales, con la que pueden asegurarse de entender todo lo que le sucede al paciente y, sobre todo, de que él comprende todo lo que el profesional le explica.

Para lograr esa buena comunicación ha de ponerse atención en las distintas partes del mensaje, las palabras escogidas son importantes, también lo es el lenguaje paraverbal (el tono, la velocidad o, incluso, la vocalización) y el lenguaje no verbal (mirada, sonrisa, gestos…).

¿Cómo se puede mejorar la comunicación con el paciente?

Veamos algunos consejos para mejorar la comunicación con el paciente:

1. Hablar con los pacientes

Es algo muy obvio, pero muchas veces el problema es que no hay tiempo suficiente para contarle al paciente todo lo que necesita saber.

Si se explica el diagnóstico con palabras muy técnicas y, a continuación, se dan las indicaciones a seguir acerca del tratamiento, es probable que el paciente no comprenda realmente lo que debe hacer y, sobre todo, por qué debe hacerlo. En cambio, si se explica el diagnóstico con palabras que el paciente comprenda y, posteriormente, se desglosa el tratamiento y se explica por qué tiene que hacer cada una de las cosas  y para qué van a servir, es mucho más sencillo que haga caso.

2. Utilizar la comunicación no verbal para mejorar la comunicación con el paciente

Por un lado, se debe prestar atención a la expresión corporal del paciente, esta mostrará si es más o menos tímido o si está entendiendo o no lo que se le dice. El profesional podrá utilizarla para hacerle más preguntas, en caso de que sienta que hay algo que no el paciente no le esta contando, o para volver a explicar  algo que crea que el paciente no ha entendido.

Por otro lado, es importante que el profesional tenga en cuenta también sus propias expresiones, gestos e, incluso, pequeños contactos físicos.

3. Prestar especial atención a pacientes con problemas o capacidades diferentes

Si acude a la consulta alguien con problemas visuales, de oído o intelectuales, es importante hacer lo posible porque se sienta cómodo y seguro. Realizar una presentación antes de comenzar a hablar, guiar hasta un asiento, vocalizar lo mejor posible…

4. Cuidado con la información excesiva

No hacer muchas preguntas de golpe, pues es sencillo que el paciente se bloquee y no pueda expresarse correctamente. Por otro lado, también es importante no dar información que no necesita, ya que hay muchas personas que no pueden asimilarlo todo de golpe. Hay que explicar todo lo que el paciente necesite saber, pero siempre poco a poco.

5. Aprovechar las herramientas tecnológicas 2.0

Al igual que la tecnología puede resultar un peligro si se utiliza mal, es una baza que puede jugar a favor de los profesionales. Hay softwares con programas para clínicas que permiten, por ejemplo, dar citas de manera digital y hacer tu trabajo más sencillo. Además, el profesional puede optar por canales alternativos para evitar las visitas de los pacientes por simples dudas, o para asegurarse de que el tratamiento se lleva a cabo de manera adecuada.

En definitiva, la comunicación con el paciente es algo que no se debe descuidar.